miércoles, 31 de diciembre de 2003
Durante este periodo me dediqué con todo mi alma a mi verdadera gran pasión: la ciencia. En cierto modo descubrí de la forma más dolorosa el alto precio que tiene la investigación en este país... y lo poco que importa el conocimiento y el flujo de información en el panorama científico (al menos el español).Fue una época bonita de la que aún conservo buenos recuerdos. Pero lo que de verdad guardo de esos años es mi filosofía acerca de la información, las bases de mi "Aritmética de Ideas" que algún día debería publicar (si la acabo de escribir, claro está). Como todo aprendizaje importante fue ciertamente doloroso, pero mereció la pena.
Durante esos años mi relación con la Web fue de herramienta de comunicación primero y de investigación después. Los servicios web que probé han pasado al olvido (almacenados en un par de archivos .zip que no se dejan abrir). Recuerdo que fueron los años de los buscadores: pasé de usar Altavista y Yahoo! a de repente sólo fiarme de Google. Y también empecé a leer alguna Bitácora, y a frecuentar alguna página web en concreto. Pero sobre todo la web me permitió abrirme un poco a otros mundos aquellos días que estaba demasiado cerrado para el mío propio.
Las conexiones fueron cambiando... aunque desgraciadamente no acelerándose. Los nodos de conexión fueron cambiando y sucediéndose (recuerdo con cariño aquel número local de la Universidad al que estuve llamando tanto tiempo), y las tarifas planas y los servicios fueron "mejorando".
Y aunque durante este tiempo no creé gran cosa en el cyberespacio, mi relación con él fue consolidándose. Simplemente durante esa época estuve más pegado a la tierra, fui más aficionado a las cosas que podía tocar... porque creía que por ser más materiales tenía más significado.
El tiempo me ha confirmado que no era así.
